jueves, 9 de diciembre de 2010

Realidades de un mundo no tan lejano.

Necesitaba Paz. Y era tan verdad como que el mundo sufría una increíble metamorfosis desde que tenía uso de razón. Había visto parques convertirse en carreteras, estrellas apagarse y había visto sueños hacerse pedazos. Los suyos. Los de los suyos también. El sudor que cubría la frente de su padre al terminar una jornada de trabajo no parecía ser suficiente para el mundo y éste casi nunca les sonreía ya. Cartas de embargo. Poco sueldo y meses largos. Nunca faltaba comida, pero tampoco sobraba. Nada de lujos. No creían en cuentos de hadas. Sí en maldiciones de algún Brujo. Y así iban pasando los días. Y así llegó la navidad. Y con ella, más sueños rotos. Sueños rotos y poco más.

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